MADOFF, CAZADO

Parece ser que nuestro amigo Vampire Hunter D tiene una nueva presa y esta parece bien gorda. El vampiro cazado se llama Bernard Lawrence Madoff. Un hombre del que en los círculos financieros decían que “siempre generaba dinero”. Por eso nadie hizo nunca demasiadas preguntas a pesar del olor a sistema piramidal que todas sus operaciones levantan.
Para lograr entender el daño que este vampiro a hecho es necesario comprender primero que es un sistema piramidal. Un sistema piramidal es un esquema de negocios que se basa en que los participantes refieran a más clientes con el objetivo de que los nuevos participantes produzcan beneficios a los participantes originales. Estos sistemas son consideradas estafas o timos.
La empresa de Madoff, Madoff Investment Securities, prometía una rentabilidad de entre el 10 y el 15 por ciento anual, nevara, lloviera o hiciese sol. Y el caso es que durante 25 años la daba con una regularidad sorprendente, incluso con el mercado en sus peores condiciones. Esto hizo que Madoff consiguiera una cartera de clientes de lo más importante, contando con lo más selecto de las grandes fortunas mundiales. En los últimos registros oficiales enviados a la SEC (Securities and Exchange Commision), que es el regulador de los mercados yankis, Madoff aseguraba contar con 17.000 millones de dólares en su gestión, pero lo curioso del asunto es que decía contar solo con entre 11 y 23 clientes. Estaba claro que algo olía muy mal en el 885 de la tercera avenida en Nueva York, sede de la empresa de Madoff, y en cuyo despacho, de unos 20m2, a nombre de un jubilado, solo había una secretaria.
La pregunta es: ¿A quién o quienes les interesaba que esta empresa siguiera funcionando? Muy probablemente a sus propios máximos inversores, que nos atreveríamos a decir, conocían al dedillo los movimientos de Madoff. Por que no nos creemos que multi millonarios de ese calibre puedan caer en un timo tan antiguo, teniendo en cuenta los gestores con los que cuentan para mover su dinero.
No deja de sorprender que, Madoff Investment Securities, superara con éxito las investigaciones de los reguladores en los años 1992, 2005 y 2007. Y mucho más viniendo de una empresa que solo se ponía en contacto con sus inversores por correo ordinario, que nunca permitió a sus inversores comprobar en tiempo real el estado de sus inversiones, que la información que daba sobre sus operaciones era vaga e imprecisa, que contaba con un paquete de acciones mínimo y que tenía un equipo de brokers formado solo por 20 personas, irrisorio para una empresa de sus características.
En España la caza de Madoff nos ha servido para ver como se tambalean (aunque por desgracia no caen) otros vampiros por todos conocidos, algunos de ellos son:Alicia Koplowitz , conocida “empresaria”, Rafael Pino, Presidente de Ferrovial, Carlos March, Co-presidente de banca March y Juan Abello, “financiero”. Calcular las perdidas que estos y otros vampiros han sufrido ahora mismo es imposible, por que muy probablemente durante las próximas semanas, además de conocer la identidad de más vampiros, conozcamos más datos a nivel de la aportación económica de estos a la empresa de Madoff.
Solo nos queda decir que en absoluto nos apena ni lo más mínimo las perdidas de estos vampiros, lo que si nos preocupan son las tendencias religiosas de muchos de ellos, muy ligadas al nacimiento de los sistemas piramidales y que nos llevan a la conclusión de que es muy, pero que muy probable, que muchos de los inversores más importantes de Madoff supieran, como antes decíamos, como y en que se estaba invirtiendo su dinero. Posiblemente por eso no estemos viendo demasiadas quejas de los “afectados”.

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